Ritmo tranquilo, cuerpo atento

Después de varios días, por fin mi reloj me dio una calificación excelente en energía y sueño. Dormí sin interrupciones. Como mi esposa iría a trabajar hoy, nos dormimos temprano.
Me levanté faltando diez minutos para las 6:00 a. m., como es costumbre, para estar al pendiente cuando ella saliera. Encendí su auto y le di una sacudida al polvo. Charly, como siempre, estaba lleno de energía. Hoy tocaba cambiarlos de patio, así que alimenté a todos los perros desde temprano.
Hice varias cosas por la mañana y el tiempo se me fue volando. Tenía la intención de salir rumbo al trabajo a las 7:50, pero terminé saliendo a las 8:00 a. m. Ya había dejado mi bici lista desde antes. Hoy no desayuné, solo comí un plátano. Lo bueno es que no sentí molestias en las rodillas como en días anteriores, aunque mi intención era hacer una ruta tranquila.
Con los perros acomodados y la casa un poco ordenada, partí hacia el trabajo.
Estoy probando una alarma para la bici. La idea es que funcione como aviso al circular, ya que las bicicletas son muy silenciosas y pueden resultar peligrosas si un peatón o un auto no te escucha. La compré en Alibaba: muy barata, pero algo rebelde… a veces enciende cuando quiere.
El recorrido fue tranquilo. Hice las mismas maniobras de siempre: entré al camellón, pasé por el refugio El Laurel, las vías, el bulevar Olivos… todo a ritmo moderado. El tráfico también estaba relajado. No hubo necesidad de hacer sprints ni enfrenté ningún susto. Todo en orden.
Llegué al trabajo en 32 minutos sin exigirme. La zona 3 fue la que predominó.
El calor ya iba en aumento. Apenas me quité el casco y el buff, sentí con intensidad los rayos del sol. Me tomé unos segundos para bajar la temperatura corporal mientras revisaba las estadísticas en mi smartwatch.
Sin duda, la diferencia entre una ruta tranquila y una veloz puede ser mínima en tiempo… pero no en desgaste. El esfuerzo muscular se siente, y el cansancio puede quedarse contigo todo el día.
Lo importante es escuchar al cuerpo, entenderlo y registrar los parámetros que nos muestran cómo estamos realmente.

Ritmo tranquilo, cuerpo atento

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