Fin de jornada – Viernes 20 de junio de 2025

Publicado el 20 June 2025

El día laboral había concluido. Era momento de cerrar aplicaciones, hibernar el equipo y salir rumbo a casa. Junto con un amigo nos dirigimos al estacionamiento. La tarde seguía soleada, con un clima fresco, ideal para pedalear. Son esos días en que la luz del sol da seguridad; hay que aprovecharlos. Muy distinto al horario de invierno, cuando la oscuridad puede causar inseguridad en el camino.

Pero hoy era momento de vivirlo, de sentirlo. Lo que venga después, lo adaptaremos.

Me despedí de mi amigo y caminé hacia el lugar de las bicicletas. La vi desde lejos, con las llantas bien infladas. Me ha tocado hacer reparaciones ahí mismo, pero hoy sería una salida limpia.

Me quité la camisa del trabajo, me puse una de manga larga, los guantes, el casco. Me acerqué a la puerta para que los guardias me dieran salida. Fue rápido.

Al posicionarme para cruzar, los autos obstruían un poco la vista. No quieren detenerse, y como es zona de cruce, los vehículos que se incorporan entorpecen el flujo. Hoy una moto se tomó el tiempo de darme el pase —aunque no era un movimiento natural—. Agradecí su amabilidad y avancé. Sin embargo, un tráiler que ya había arrancado dificultó mi incorporación. La caja alargó el cruce y la moto seguía ahí, generando un riesgo para él mismo. Tuve que hacer un movimiento algo incómodo para darle paso al motociclista. Finalmente me incorporé. A veces, dar el paso sin observar bien el tráfico detrás puede ser peligroso; hay que entender el flujo vehicular.

Una vez en el bulevar, aceleré con intensidad. Siempre es buena una velocidad alta cuando se comparte espacio con los autos.

Salí unos minutos antes de lo normal. A lo lejos, los camiones de Samsung ya se movían. El semáforo me permitió observar y decidir. En cuanto cambió, arranqué con fuerza, tomando el carril que los camiones dejaban libre. Iba tras un auto, usándolo como cobertura. Los camiones entorpecían mucho el flujo, así que, en cuanto pude, salí hacia un segmento de Samsung sin tránsito para esquivar autos y camiones. Finalmente, el caos había quedado atrás.

El siguiente tramo sería tranquilo. Pedaleé con ritmo constante, manteniendo 25 km/h. El tráfico fue leve. Tomé monte rumbo al Laurel. La subida siempre es el mayor reto de regreso, pero con paciencia logré subirla. En la parte alta, todo estaba sereno. Tocaba bajar hacia El Refugio. Había sobre-ruedas, lo que me obligó a reducir la velocidad, pero lo aproveché para mirar los puestos.

Al llegar a El Refugio, como siempre, el caos. Más aún siendo viernes. El semáforo estaba controlado por la policía. Esperé mi turno y me incorporé al camellón. Esa zona es la más segura; los autos van a vuelta de rueda rumbo a Tecate. Yo los superaba por mi camino. Subí por la gasera sin exigirme.

Tocaba bajar e incorporarme al carril lento hacia Tecate. Fue sencillo: encontré un espacio y lo aproveché con tranquilidad. Los autos entendieron mi movimiento y me dieron acceso.

Los próximos kilómetros fueron tranquilos. La ausencia de negocios en esa zona facilita el paso, salvo en el segmento donde están las “cariñosas”, que suelen usar parte del camino para maniobrar con el tráfico que llega a ellas.

Hice una parada en los tacos de la gasolinera. Ya me conocen, saben lo que pido. A veces me hacen preguntas sobre rutas, se nota que les interesa la actividad ciclista.

Me dieron mi pedido y continué hacia mi colonia. Unos dos metros de subida final que dan ese último desgaste antes de llegar a casa, pero no incomoda en lo más mínimo.

Llegué una vez más a casa, satisfecho, agradecido por una ruta tranquila y segura.

Listo para disfrutar la tarde con mi esposa.

🗺 Ruta asociada

  • 📍 Nombre: Trabajo - Ruta de regreso
  • 📏 Distancia: 11.10 km
  • ⏱ Tiempo estimado: 36 min
  • 🔥 Calorías estimadas: 320 kcal
  • ⭐ Dificultad: 3 / 5
  • ⚠️ Peligrosidad: Media
  • ⬆️ Altimetría: Subida progresiva (139 m positivos)
  • 💓 Zona cardíaca: Z3/Z4/Z5
  • 🌀 Fluidez: Alta

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