Caminata corta pero relajante bajo el sol

Publicado el 18 June 2025

Por la mañana ya se pronosticaba un día caluroso; la ausencia de nubes lo confirmaba.
A la 1 p. m. salí al comedor, esa hora en la que uno se relaja y aprovecha para convivir un poco.
Es una gran ventaja tener un comedor que te sirva comida: ahorra tiempo y dinero. Algunas veces me tocó hacer home office, y mi hora de descanso se iba cocinando, sin poder salir a caminar como lo hago en la oficina.
Hoy pedí pechuga a la plancha con arroz y frijoles, una comida completa para apoyar la recuperación muscular después de las sesiones diarias de ciclismo.
Pedí permiso para unirme a una mesa de compañeros. Fue agradable; una vez más, el tiempo pasó volando. Eso sucede cuando la plática se vuelve interesante.
A pocos metros, un compañero que siempre me acompaña en las caminatas me hizo una seña: ya era hora de salir.
Salimos un poco tarde, nos harían falta unos 10 minutos para completar la ruta habitual, pero lo importante era moverse, sentir el aire, disfrutar la libertad y charlar un poco.
Hoy no me cambié de zapatos, solo me puse una gorra. Aunque el sol estaba intenso, el calor era soportable. La caminata fue agradable. El viento soplaba con fuerza, tenía que sostener la gorra para que no saliera volando.
Ya de regreso, en esa sección donde no hay sombra, vi a mis compañeros programadores. Caminaban junto a una muchacha de sistemas. Me dio gusto verlos.
Es bueno que también se sumen a esas caminatas a mitad del día. Ese tiempo, aunque breve, está bien invertido. El cuerpo y la mente lo agradecen.
No hicimos todo el recorrido, pero el kilómetro y medio fue suficiente para sentirnos bien.
Regresamos sin cansancio, pero satisfechos de habernos movido un poco.

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