28 minutos de gratitud
Publicado el 18 June 2025
A pesar de dormir pocas horas, el sueño fue reparador. El cuerpo se recuperó eficientemente.
Por la mañana vi el reloj: faltaban 10 minutos para las 6 a. m., y el cuerpo ya pedía levantarse. Bajé a la cocina a preparar el café, ese que me da la calma para despertar con serenidad. El clima era fresco, muy distinto al calor que se presenta en el día; una neblina ligera adornaba el exterior.
Revisé algunos reportes financieros con tranquilidad, analizando estrategias de ahorro y gasto mientras tomaba el café. No está mal.
Rápidamente tuve que arrancar la rutina. Salí al patio con Charly para asegurarme que todo estaba en orden, Él ya estaba listo para desayunar. Revisé mi bici; todo estaba bien, así que seguí con los planes de siempre. A pocos minutos alimenté a los guardianes; todos comieron atentos y rápidos.
Afuera estaba todo bajo control.
Solo necesitaba comprar tortillas y un garrafón de agua. Al cargarlo sobre el hombro me sentí afortunado: tener un cuerpo fuerte que responde, sabiendo que años atrás la artritis casi me deja paralítico. Gracias a la medicina y a la disciplina, hoy tengo un cuerpo tranquilo y sano.
Desayuné tranquilo con mi esposa. Como siempre, reímos un poco por las ocurrencias de los perros.
Recordamos anécdotas, como aquella cuando Duna llegó a casa Después de ser rescatada del desierto. Porra la vigilaba sin confiar, y a mí me parecía exagerado… hasta que un día Duna rompió el costal de comida y se sirvió sin permiso. Porra tenía razón: es muy astuta.
Llegó el momento de salir rumbo al trabajo. Mi bici con luces encendidas, espejo retrovisor en su lugar. Ese pequeño detalle da mucha seguridad para anticipar el camino.
Al salir sentí el sol fuerte. Me coloqué el buff para tapar la cara por completo; una cara quemada causa ardor, mejor prevenir.
Tomé el carril de la libre a Tijuana, pero esta vez no fue tan fluido: había tráfico. Esperé un poco y me incorporé.
Avancé con ritmo moderado. Disfruté la bajada temprana. Alcancé a ver el semáforo cambiar a verde —pensé que no lo lograría—, pero no aceleré. Lo extraño fue que tardó tanto en cambiar que pasé sin detenerme.
Aceleré un poco en los próximos dos kilómetros. No hice splits, pero llevaba buena velocidad: 26 km/h.
Tomé la libre y me preparé para subir al camellón. Esa subida exigió más; subí momentáneamente a zona 5(180 pulsos por minuto).
La bajada me ayudó a nivelar, a tomar pausa antes del congestionamiento en El Refugio.
Había tantos autos en la carretera que no pude tomar el carril lento. Avancé entre los vehículos detenidos y cambié de carril cuando vi espacio.
El Refugio estaba caótico. No pude avanzar por la carretera; demasiados autos parados. Bajé de la bici y pasé por la banqueta, tranquilo.
Para llegar al Laurel tomé el Blvd. 2000. Avancé con buen ritmo. Casi llegando, me di cuenta de que ya no estaban los juegos mecánicos, aquellos que cortaban el ritmo en ese tramo.
Logré mantener 20 km/h en subida. Ahora las vías estaban tranquilas; no hubo perros ni incidentes.
Al revisar el reloj, vi que tenía 11 minutos para llegar al trabajo. Puse un cambio largo, me incorporé al Blvd. Olivos y rápidamente aumenté la velocidad. Fluía sin esfuerzo.
Cuando sentía que el cuerpo se desbordaba, bajaba la intensidad. Ya casi llegaba y necesitaba regular los parámetros para no exigirme al final.
Los últimos metros fueron tranquilos. No había tráfico, avancé sin preocupaciones.
Llegué al trabajo en 28 minutos. El clima caluroso complicó un poco mi recuperación; necesitaba más tiempo para estabilizarme.
Aun así, fue un excelente recorrido: disfruté la mañana, sentí la ciudad viva y me activé rápidamente para enfrentar el turno con energía.
🗺 Ruta asociada
- 📍 Nombre: Trabajo - Ruta de ida
- 📏 Distancia: 11.31 km
- ⏱ Tiempo estimado: 33 min
- 🔥 Calorías estimadas: 305 kcal
- ⭐ Dificultad: 2 / 5
- ⚠️ Peligrosidad: Media
- ⬆️ Altimetría: Plano con pendientes suaves
- 💓 Zona cardíaca: Z2
- 🌀 Fluidez: Alta
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