Viernes de calma, ruta y planes
Publicado el 13 June 2025
El silencio era profundo, solo los pájaros cantaban, aportando calma en cada pensamiento, en cada movimiento.
Sentía agradecimiento por estar viviendo así: cuerpo sano, mente tranquila.
Preparé un café y me quedé un rato frente a la ventana. Todo estaba en orden: neblina ligera, cielo despejado, anunciando un día caluroso.
Aproveché algunos minutos para revisar pendientes en la computadora. Ayer había surgido un problema en el trabajo: un programa que funcionaba bien dejó de hacerlo tras una actualización. Me mantenía algo inquieto, pero el simple hecho de ser viernes equilibraba el ánimo.
Ya pensaba en el fin de semana. Quizá salir al Valle de Guadalupe con mi esposa, pasar una tarde tranquila. Son momentos que uno aprende a valorar.
También rondaba el plan del domingo: la Empolvada, 50 km en Tecate. La he esperado todo el año. La vez pasada fui con una bicicleta pesada, pero logré terminar. Esta vez iré a mi ritmo, sin buscar demostrar nada. Solo disfrutar.
Terminé la revisión y seguí con la rutina diaria.
Como siempre, alimenté a los perros. Comieron rápido. Los vi fuertes, con energía. Eso da tranquilidad.
Mientras preparaba el desayuno, alistaba la ropa, revisaba la mochila, organizaba los detalles para salir. Todo fluía sin prisa.
Serví la mesa. Mi esposa me acompañó; hoy trabajaría desde casa, lo cual siempre me deja más tranquilo. Cada vez que sale, la preocupación por los caminos inseguros permanece.
Salí de casa a las 7:58. Dejé que el cuerpo marcara la intensidad. Al sentir el primer rayo de sol, me coloqué el buff en la cara para protegerme.
El inicio fue suave. La primera subida, saliendo de la colonia, siempre me da esa sensación de libertad. La carretera libre, despejada. Crucé rápido el camellón; cada segundo ganado es ventaja para el trayecto.
La neblina ya se había disipado. El aire veraniego se hacía sentir, como debía ser en esta temporada.
Pedaleé firme, manos bien al manubrio. El primer tramo, en bajada, me llevó fácil por encima de los 30 km/h. El semáforo estaba en verde; pasé sin problemas.
En los metros siguientes, el movimiento de los negocios exigía atención. Entrada y salida constante de autos. No quise exigirme demasiado.
Al llegar a la subida del Gas Silza, una larga fila de autos esperaba. Crucé entre carriles para subir al camellón. Subí tranquilo, el reloj marcaba 18 km/h. Luego, la bajada trajo descanso.
Observaba el tráfico para decidir: seguir por el camellón o cambiar al carril lento. Al ver otra fila larga en el semáforo del Refugio, aproveché para incorporarme al carril lento.
Había autos en todas direcciones. Tomé la banqueta por unos 200 metros. El semáforo cambió; aceleré, pasé junto a los taxis. Todo fluía.
Decidí modificar la ruta: ayer vi a un compañero tomar el Blvd 2000 y lo intenté. Subí hasta El Laurel por la gran carretera, evitando los juegos mecánicos y ganando tiempo.
Salí por las vías y me reincorporé a la carretera. Quedaban 12 minutos para los últimos 2 kilómetros. Bajé la marcha, endurecí el cambio y aceleré. Sin exigirme de más, logré sostener 28 km/h; el viento fue amable.
En el último tramo, un tráiler se incorporó y me obligó a reducir. Apenas encontré espacio, lo rebasé.
Llegando al último semáforo quise apretar para pasarlo sin detenerme, pero fallé el cálculo por 5 segundos. El pulso se fue al tope justo antes de llegar al trabajo. Eso me obligaría a tomar un respiro prolongado para normalizarme.
Llegué a las 8:26. Tiempo final: 28 minutos.
Solo algo desgastado por el cierre exigente. El sol golpeaba fuerte al detenerme; costó estabilizar la temperatura corporal, pero, otra vez, satisfecho de iniciar así el día.
🗺 Ruta asociada
- 📍 Nombre: Trabajo - Ruta de ida
- 📏 Distancia: 11.31 km
- ⏱ Tiempo estimado: 33 min
- 🔥 Calorías estimadas: 305 kcal
- ⭐ Dificultad: 2 / 5
- ⚠️ Peligrosidad: Media
- ⬆️ Altimetría: Plano con pendientes suaves
- 💓 Zona cardíaca: Z2
- 🌀 Fluidez: Alta
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