Ritual de viernes

Publicado el 06 June 2025


Hoy es el último día de la semana. Aunque pasó rápido, siempre da gusto hacer una pausa a la rutina y disfrutar los dos días que vienen.

Ayer dormí tarde, cerca de las 11:15 p.m. Ya tenía todo listo para acostarme, y como siempre, no se me complica el sueño. Llega pronto y esta vez fue reparador, sin interrupciones.

Una vez más, superé el sueño después de las 6 a.m., algo que agradezco. Las últimas semanas había estado despertando a las 5, durmiendo poco. Dormir bien es esencial para tener un cuerpo sano.

Eran las 6:15 y sentía algo de cansancio, como si quisiera dormir más. Pero si lo hacía, no tendría tiempo para hacer todo con calma. Así que me levanté, preparé un café y miré por la ventana: el cielo nublado dejaba sentir una brisa fresca que, aunque agradable, ya rozaba lo frío.

Ayer estuve haciendo algunos ajustes a mi página de Siber13, así que hoy la revisé antes de publicarla. Todo estaba en orden.

El tiempo volaba. Tocaba preparar todo para salir al trabajo.

Le di de comer a Charly, siempre atento y lleno de energía. A lo lejos, Duna ya reclamaba sus croquetas. Hacía todo con calma: cocinar, preparar la ropa, alimentar a los perros. Cada vuelta, cada paso, aprovechado al máximo.

Mientras el sartén se calentaba, salí a alimentar a mis perros. Duna fue la primera. Apenas abrí la puerta, corrió directo a su plato. Bestia me esperaba, pidiendo su caricia en la cabeza como todos los días. Porra y Oso me aguardaban en su espacio. Les serví y revisé el agua. Todo quedó listo.

Volví a la cocina. Preparé huevos con jamón a fuego lento, dándome tiempo para alistar el resto. A las 7:40 fui a la tienda a comprar tortillas. Todo fluyó sin contratiempos. Era lo necesario para un buen desayuno con mi esposa.

Ya tenía todo listo para salir: la bici con luces cargadas, mi equipo de seguridad en orden. Me despedí de mi esposa, metí a Charly para que no me viera partir, y avancé.

Hoy no me reservé nada. Desde el inicio puse intensidad. El plan era ir rápido pero sin llegar al colapso. Lo logré: avancé con ritmo firme, a unos 22 km/h.

El tráfico, aunque parezca extraño, suele ser tranquilo los viernes por la mañana. Llegué a la primera subida antes de la gasera Silza. La subí con intensidad, sin bajar el ritmo. La bajada me sirvió de descanso.

El reto siempre es cruzar del camellón al carril lento de la carretera. Todo depende del flujo. Hoy no había pausas, así que aproveché que un tráiler se incorporó y lo usé como escudo. Luego avancé por el camino lento, hasta que un carro bajó la velocidad y me dio oportunidad de tomar mi carril. Todo fue fluido, seguro tanto para mí como para los autos.

Salir en bici también es saber cuándo puedes integrarte al tráfico sin entorpecerlo. Eso se debería enseñar.

Ya en la última subida quise esquivar los juegos mecánicos que llevan meses obstruyendo la calle. Me metí, pero el pedal se enganchó; está muy estrecho. Aun así, subí sin problemas y me incorporé al bulevar 2000 por unos metros para salir por Monte. Esa es mi parte favorita: hay tranquilidad, aunque por las vías siempre hay perros que no sabes cómo van a reaccionar.

Hoy tenía ganas de disfrutar, así que alargué el camino por carretera. Estaba feliz de hacerlo. El clima lo permitía.

Con siete minutos para completar los últimos dos kilómetros, avancé tranquilo. Pero el camino me invitó a acelerar… y lo hice. A una media de 23 km/h, el aire fresco rozaba mi rostro.

Llegué al trabajo con energía, y con esa alegría especial de ser viernes.

🗺 Ruta asociada

  • 📍 Nombre: Trabajo - Ruta de ida
  • 📏 Distancia: 11.31 km
  • ⏱ Tiempo estimado: 33 min
  • 🔥 Calorías estimadas: 305 kcal
  • ⭐ Dificultad: 2 / 5
  • ⚠️ Peligrosidad: Media
  • ⬆️ Altimetría: Plano con pendientes suaves
  • 💓 Zona cardíaca: Z2
  • 🌀 Fluidez: Alta

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