Jueves 05 de junio de 2025- Rutina agradable

Seguimos con días nublados. Hoy nuevamente el suelo estaba húmedo: una brisa ligera cayó durante la noche.
Mi esposa salió temprano al trabajo; yo me quedé un par de horas más. Hice mis actividades rutinarias: alimenté a los perros, desayuné y me preparé para salir.

Salí cinco minutos antes de las 08:00 a. m., tiempo justo para un recorrido suave. La frescura de la mañana invitaba a acelerar. Tomé el camino directo hacia el refugio. No hubo semáforos que me detuvieran.

Fueron 4 km de trayecto plano, sin subidas, manteniendo un ritmo constante de unos 23 km/h. Solo bajé un poco la velocidad en la zona de Rendichicas, donde los autos entran y salen de la plaza.
No me reservé. Subí con buena intensidad. El tráfico era ligero, lo que me permitió cambiar del camellón a la carretera lenta sin necesidad de hacer alto total.

El semáforo del refugio estaba en rojo, pero cambió a verde justo mientras me acercaba, así que aumenté la velocidad y lo crucé sin detenerme.
Mi velocidad constante me ayudó a pasar sin problemas junto a los taxis que se detienen en esa zona.

La subida hacia El Laurel también la tomé con buena intensidad. Eran las 08:13 y llevaba unos minutos de ventaja.

Pasé brevemente por el bulevar 2000 antes de desviarme hacia el monte rumbo a las vías. A lo lejos vi algunos perros; al verme se apartaron del camino.
Pero uno, un perro chico y negro, salió a mi paso ladrando y siguiéndome. Frené con el disco trasero. El sonido sucio de las balatas emitió un chirrido extraño que terminó por ahuyentarlo.
Ahora sé que ese sonido los asusta.

En los últimos tres kilómetros avancé con tranquilidad, buena velocidad y sin exigencias.

Llegué al trabajo faltando tres minutos para las 08:30. El guardia me abrió el portón. El área de bicicletas y motos ya estaba llena. Pasé con cuidado y guardé la bici.
Me alisté con calma. Esos minutos finales me regalaron una tranquilidad que valoro mucho.

Jueves 05 de junio de 2025- Rutina agradable

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