Tarde tranquila clima nublado

La tarde nos regaló un clima fresco, ideal para regresar a casa en bicicleta. Al salir de la oficina, mis dos compañeros y yo caminamos hacia el estacionamiento. Nos sorprendió ver más tráfico de lo habitual. Cruzamos la calle con cuidado y nos despedimos: ellos rumbo a sus autos, yo hacia mi bici.

Esta vez estaba sola, luego de que en la mañana ya no hubiera espacio para estacionarla. Me preparé para iniciar el recorrido. El guardia me abrió la puerta y salí con precaución, incorporándome a la carretera rumbo a Samsung. El tráfico era moderado; los autos respetaban mi carril y avancé hasta el semáforo.

El clima ha estado cambiante, sin rastro de los días calurosos recientes. Esperé un poco y cuando el semáforo cambió, seguí mi camino. Debido a reparaciones, el camino se ha reducido a un solo carril. Tomé parte del camino peatonal para no acercarme demasiado a los autos.

A lo lejos vi a otro ciclista. Se le notaba entusiasmado, como si fueran de sus primeras rutas. Avanzaba por las banquetas y llevaba una cámara de acción, grabando con emoción su trayecto.

Había pocos autobuses de Samsung, pero siempre hay que tenerles respeto. Quería mantener una intensidad baja, así que moderé mi velocidad lo más posible. Tenía curiosidad por ver cómo reaccionaría mi cuerpo en la subida pronunciada hacia El Laurel. Al subirla, mi frecuencia cardiaca subió a 150 ppm.

Una vez superada la subida, el recorrido se volvió plano. Avancé tranquilo, atento a los autos en los altos. Había puestos de “Sobre Ruedas” en la carretera, así que reduje considerablemente la velocidad para evitar cualquier accidente y aproveché para observarlos.

Llegué al Refugio. El semáforo cambió rápidamente a verde y me incorporé al camellón. Desde ahí, hice el trayecto hasta la gasolinera por esa vía. El tráfico en esa zona era denso, autos avanzando a vuelta de rueda. Yo seguí con calma por el camellón, hasta que encontré un hueco para incorporarme nuevamente a la carretera federal. Cambié de carril y tomé la orilla que me llevó hasta la bloquera.

Los últimos 3 km fueron tranquilos. Tomé con calma ese tramo hasta llegar a casa. Fue un recorrido ligero, con velocidad media de 16 km/h, completándolo en 41 minutos. Llegué completo, en paz, listo para disfrutar la tarde junto a mi querida esposa.