Lunes fin de jornada

Publicado el 02 June 2025

La jornada laboral había terminado.
Era momento de preparar el arranque. Junto con dos compañeros nos dirigimos al estacionamiento. Cruzar hacia allá siempre requiere cierta atención; el paso es compartido con los autos y no falta quien venga distraído. Afortunadamente lo atravesamos sin problema. La tarde estaba soleada, pero con un clima agradable, ideal para el regreso.

Ellos se dirigieron a sus autos. Yo, como siempre, fui por mi bicicleta.
Ya estaba sola. A diferencia de la mañana —cuando el sitio se llena de motos y hasta ocho bicicletas—, ahora todo era más silencioso.

Me preparé con calma, pedí la salida por el portón y me lo abrieron de inmediato. Han sido bastante eficientes con las nuevas reglas de ingreso y egreso.

Tomé la ruta con tranquilidad. Todo parecía en orden: ya no había camiones de Samsung ni embotellamientos. El tráfico fluía y eso me permitió avanzar con fluidez, aunque sin bajar la guardia.

La subida que me evita pasar por la carretera federal hacia Tecate sigue siendo una gran aliada. Me ha permitido hacer mi trayecto más seguro y relajado.

Al llegar a la zona del Refugio, como siempre, el movimiento era constante. Para mí, solo bastaba poner atención en algunos semáforos clave. En la gasera Silza, los autos giran en todas direcciones. Yo, mientras tanto, enfrentaba una subida más.

El resto del camino transcurrió sin contratiempos. Terreno con poca elevación, tráfico moderado.
Llegué a casa en 40 minutos. Un recorrido sencillo, casi terapéutico, perfecto para cerrar el día con serenidad.

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