Primer lunes de junio, comienza la rutina

Publicado el 02 June 2025

HabĂ­a preparado todo desde el dĂ­a anterior, mĂĄs temprano de lo habitual.
El sueño de la tarde me estaba invadiendo, asĂ­ que decidĂ­ cocinar antes de lo acostumbrado el lonche para el dĂ­a siguiente. TerminĂ© a las 9:50 p. m. y ya estaba listo para dormir.

No tuve dificultad para conciliar el sueño. Como todo lunes, mi esposa debía ir a la oficina.
Me despertĂ© a las 5:40 a. m.; querĂ­a estar con ella y asegurarme de que saliera segura.

SalĂ­ al patio. Charly estaba ahĂ­, como buen protector, atento a su alrededor.
Encendí el carro de mi esposa para calentarlo un poco. Revisé los niveles, limpié los vidrios y noté que en el asiento había un costal de comida para perro desde el såbado, así que lo bajé. Todo quedó listo: el carro estacionado en reversa, preparado para que saliera sin contratiempos.

Mientras ella se alistaba, aproveché para preparar mi ropa y alistar los accesorios de la bici.
Quería tener todo preparado para una salida tranquila. Me despedí de ella y luego dediqué unos minutos a limpiar el patio.

Una de mis bicis sigue ponchada. Me estoy arriesgando: solo tengo una en buen estado, y las ponchaduras aparecen cuando menos se espera.
La mañana era fresca, pero ya se sentía una amenaza de calor. La rutina de siempre: dar de comer a los perros, preparar el desayuno y revisar la bici. Lo hice con calma, con ese entusiasmo que dan las cosas simples y repetidas.

Salí de casa a las 8:00 a. m. con la intención de pedalear suave, sin exigencias.
SegĂșn mis observaciones, acostumbrar al cuerpo a rodar en zonas de baja intensidad, con buena cadencia, es la clave para mejorar. Los entrenamientos de potencia son Ăștiles, pero no para hoy. No quiero llegar al trabajo sudado.

Dejé la casa segura. Los perros estaban en su patio, cada uno en su espacio.
Charly, como siempre, hizo su rabieta. No le gusta que me vaya, pero ya forma parte de la rutina.

El lunes ya mostraba su ritmo: mucho trĂĄfico, muchos autos en las calles.
El calor comenzaba a sentirse fuerte. Cuidarse del sol se ha vuelto una necesidad; los rayos UV ya estån intensos desde temprano. Me cubrí la cara con el buff casi todo el trayecto, protegiéndome del sol directo.

La ruta no tiene muchas subidas, pero las pocas que hay elevan la temperatura corporal. Las subí con calma, manteniendo el ritmo. A pesar de ir con baja intensidad, iba bien. Al llegar al Refugio noté que llevaba solo tres minutos mås que uno de mis mejores tiempos. No estå mal.

SubĂ­ hacia El Laurel. Nada fuera de lo normal: gente corriendo, paseando a sus perros.
SeguĂ­ sin pausas. Ya era la Ășltima subida para salir por el monte. Todo estuvo tranquilo, sin perros agresivos en la vĂ­a.

En los Ășltimos 3 km controlĂ© la velocidad. RodĂ© a 23 km/h, lo suficiente para llegar a tiempo.
Casi al llegar al trabajo, un tråiler descargaba material en una de las fåbricas. Todos los autos estaban detenidos. Hice la pausa, y en cuanto se liberó el paso, avancé.

Llegué al trabajo completo, sin fatiga. Bien despierto, animado para arrancar la semana.

👁 Leída 1 veces