Sábado soleado y tranquilo rumbo a San Pedro

Toda la semana estuve pensando en hacer un recorrido largo en bici. Pero la verdad es que dedicarle 4 horas y quedar cansado todo el día es algo que hay que pensar con calma. No hay tantos días de descanso cuando el trabajo absorbe lo demás.

Mi idea era rodar hasta Cerro Bola o ir a Tecate por la carretera a Valle de las Palmas, pero esa ruta en sábado se llena de tráilers que sacan arena. Y eso deja una duda que no debería existir. Me gustaría que no hubiera este tipo de dilemas, que uno pudiera simplemente salir a pedalear sin estrés, sin calcular riesgos innecesarios.

De tanto pensarlo… no salí temprano.

Pero tampoco iba a dejar pasar el día. A las 08:00 decidí asegurar mi ruta: salí rumbo a San Pedro.

Es una ruta tranquila, agradable, con una pendiente larga que pone a prueba la condición física. Me llevé la bici 27.5 y pude comparar el rendimiento respecto a la 29. La subida fue más exigente, pero la diferencia total fue solo de 4 minutos. Si no hay competencia, no importa esa diferencia.

El sol comenzaba a salir. Por momentos, las nubes lo cubrían, haciendo más agradable el trayecto. La gran subida implicó cierto reto, pero nada fuera de lo normal. Llegué a la parte alta, tomé agua y comencé el regreso.

La bajada fue un regalo. Una frescura intensa me envolvió, el viento frío contrastaba con el esfuerzo de la subida. Lo sentí en la piel, como si el cuerpo se desinflara y se aliviara al mismo tiempo.

Llegué a casa feliz. 1 hora con 4 minutos de recorrido. El cuerpo lo agradeció. La mente, también.

Ya listo para preparar el desayuno y comenzar el día con energía.