Recuperando el ritmo

Se acerca el final del mes. El clima ha estado más fresco que en los últimos días, con brisa en las mañanas y en la tarde. El aire nocturno hace más agradable el descanso. Hoy dormí 7 horas completas; mi reloj marcó una calificación de 95, todo excelente salvo el tiempo de sueño profundo: apenas 25 minutos.

Me levanté a las 06:30 a.m. La mañana estaba muy tranquila, solo los ladridos de los perros cuando alguien pasaba por la calle. La casa estaba limpia desde la noche anterior, así que el inicio del día fue sereno, sin prisas ni pendientes.

Mientras preparaba el desayuno alimenté a los perros. Mi esposa no desayunó conmigo, tenía reunión, así que comí rápido. Salí hacia el trabajo a las 07:58 a.m. El ambiente era tranquilo; algunos carros avanzaban y personas caminaban rumbo a sus labores. Llevaba manga corta: el sol apenas asomaba y el fresco se sentía en los brazos. El tráfico denso retrasó mi incorporación a la carretera. Es curioso ver cómo muchos van estresados a sus empleos; poder ir al trabajo en bicicleta, sin depender del auto, es una fortuna.

Hoy quise hacer una ruta más rápida. Después de varios días de descanso para aliviar las rodillas, me sentí listo para recuperar intensidad. En jornadas anteriores había alcanzado medias de 25 km/h, y quería volver a ese punto.

El trayecto fue tranquilo. Avancé hacia el Refugio y solo un carro rompió la calma, subiendo por el camellón en su desesperación por avanzar. En el Refugio el tráfico era denso; seguí con cuidado mientras los taxis se amontonaban. Al pasar los juegos mecánicos, que siguen bloqueando parte del camino, tuve que tomar una pequeña subida para esquivarlos.

Pasado ese tramo comenzó la bajada ideal para ganar velocidad. Sin contratiempos en los últimos tres kilómetros, avancé sin detenerme y llegué al trabajo en 29 minutos, con una media de 22 km/h. Fue un recorrido más intenso, lo justo para ir retomando la fuerza de los últimos días.

La mañana seguía fresca. Me senté unos minutos a bajar la temperatura corporal; el clima ayudó. Una vez más disfruté el camino, la sensación del aire y la libertad de avanzar con mi propio esfuerzo.
Satisfecho de llegar seguro y despierto al trabajo.

Recuperando el ritmo

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