Mañana con neblina y ruta veloz

Miércoles 08 de octubre de 2025 – Mañana con neblina y ruta veloz

El día amaneció cubierto por una neblina densa. Aquellos días calurosos parecen ya lejanos, aunque la calma sigue siendo la misma.
Hoy desperté más temprano que de costumbre, a las 05:30 a. m. —el cuerpo respondió solo—, quizá porque la noche anterior había dormido más temprano. Aproveché la quietud de la mañana para revisar algunos reportes y adelantar pendientes; sigo en trámites del título de propiedad de la casa, y entre más orden haya ahora, menos estrés habrá después.

Mientras el amanecer avanzaba, la neblina empezó a disiparse. Afuera, los guardianes ladraban atentos al movimiento de las calles.
Llegó la hora de alistarme. Alimenté a los perros, ajusté el desviador frontal y noté la llanta trasera un poco floja: pequeño recordatorio de que cada detalle en la bici puede marcar diferencia una vez en ruta.

Preparé un desayuno sencillo, pasé unos minutos con mi esposa y salí de casa a las 07:57 a. m. Esta vez con manga larga: el viento se siente distinto cuando el aire es fresco y la velocidad alta.

El tráfico estaba más tranquilo que de costumbre. Todos los semáforos estuvieron a mi favor; no tenía intención de exigirme, pero el flujo continuo me mantuvo sin perder cadencia. El trayecto habitual lo completé con ritmo firme. Subí por el gas Silza con fluidez, crucé el camellón y continué hasta el Refugio, sin interrupciones.
No hubo taxis imprudentes hoy. La subida al Laurel fue controlada, sin prisa. La bajada hacia Samsung resultó relajante. En los últimos dos kilómetros, el impulso me llevó a apretar el paso: quería mantener una media de 30 km/h… y lo logré.

Llegué al trabajo en 27 minutos, con una velocidad media de 24.2 km/h. El cuerpo llegó agitado, pero la frescura del día ayudó a recuperarme rápido.
Una salida completa: sin sobresaltos, sin desgaste, y con esa sensación de haber iniciado bien un día productivo.

Mañana con neblina y ruta veloz

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