Después del ajuste, la fluidez

La semana comenzó con la calma habitual. La noche anterior me había acostado tarde, cerca de las 11:26 p. m.; terminé el día reparando la bici 27.5. Cambié toda la transmisión: la cadena ya patinaba al pedalear de pie, signo claro de desgaste. Era hora de renovarla.

Dormí bien, aunque no lo suficiente. A las seis en punto ya estaba en pie. La cocina me esperaba con el desorden del día anterior, así que preparé un café y comencé a limpiar. Lavé los trastes, ordené, trapeé el piso y dejé todo en calma. El cielo seguía nublado, pero sin amenaza de lluvia. También preparé el desayuno y la comida del día. Los perros comieron temprano. Todo estaba en orden, y eso ayudaba a mantener la mente serena para arrancar la semana.

Decidí dejar descansar la bici 27.5 nueva; ya acumula más de mil kilómetros y merece un mantenimiento antes de que la cadena empiece a dañar los engranes. La reparada quedaría a cargo del día. Le monté los soportes de luces y la dejé lista.

Desayuné con mi esposa. Ella seguía un poco resfriada, trabajando desde casa mientras se recupera.

A las 8:07 a. m. salí rumbo al trabajo. La sensación fue buena: diferente a la otra 27.5, pero sólida. Solo noté un leve roce de la cadena con la guía del plato delantero y la palanca de cambios más dura de lo habitual.

El tráfico estaba moderado. No hubo embotellamiento en la gasolinera, lo que permitió mantener un ritmo fluido. Avanzaba estable, con una media de 23 km/h. En las subidas me sentí fuerte, y en los tramos planos alcancé velocidades de 26 km/h. Cambiar del camellón al carril fue sencillo; el espacio se abrió justo a tiempo. En el Refugio tampoco hubo caos con los taxis, así que todo fluyó mejor.

La subida al Laurel la tomé por el carril de autos: más inclinado, sí, pero también más seguro. Evita las intersecciones con cruces de vehículos y los juegos mecánicos. Fue un ascenso exigente, pero constante, mantuve 20 km/h promedio.

Ya en la bajada y el plano final, el cuerpo respondió con fuerza. Alcancé 28 km/h sostenidos. Solo un tráiler redujo mi avance un momento. Aun así, cerré con una excelente media general de 24 km/h en 27 minutos.

Un trayecto eficiente, con poco tiempo en zona 5 y rápida recuperación. Entré al trabajo a las 8:42 a. m., satisfecho. Buen arranque de semana.

Después del ajuste, la fluidez

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