63 km bajo el sol de San Pedro

El fin de semana me propuse un objetivo claro: hacer al menos dos horas de bici tanto sábado como domingo. La meta era sencilla en palabras, pero exigente en el cuerpo: ganar resistencia y seguir empujando mi potencia en las salidas.
El pronóstico marcaba calor, así que el sábado intenté madrugar. No lo logré del todo —me estoy durmiendo más tarde de lo normal—, pero a las 6:40 ya estaba en la calle. Inicié con 6 km planos para calentar y, sin pensarlo demasiado, avancé hasta la gasolinera Conoco para tomar el retorno rumbo a San Pedro.
El sol apenas salía y la carretera estaba tranquila, casi vacía. Esa calma hacía agradable el trayecto. Pasando la Ley Exprés de Ojo de Agua, todo seguía fluido. Llegué a San Pedro sin problema, con 26 km recorridos. Sin detenerme, pedaleé dentro del poblado, descubrí calles que no conocía y aparecí en un Oxxo. Después regresé a la carretera principal para continuar.
El clima todavía era fresco y el sol, de espalda, ayudaba a no sentir tanto calor. En Ojo de Agua tomé el desvío hacia Maclovio Rojas y subí al Laurel hasta el Calimax. El camino estaba polvoso, pero la bajada ayudó a recuperar. Seguí hasta el Refugio y después hacia el Florido, como si fuera rumbo al trabajo, un camino tan familiar para mí.
Mi idea era llegar a los 50 km antes de volver. Avancé hasta Coca Cola Olivos y regresé al bulevar 2000. Todavía me faltaban unos 10 km, así que hice un par de vueltas extra en el bulevar Olivos Sur. Me quedaban 11 km por cumplir y, al no sentir mucho cansancio, opté por el camino largo: El Niño, las vías y la salida por Maclovio Rojas.
El sol ya se intensificaba, pero el viento refrescaba lo justo. Mantuve una velocidad media de 20 km/h, sólida para el esfuerzo. Al final, completé 63 km en 3 horas. Fue un recorrido agradable, cumplí con mi primer objetivo del fin de semana y regresé con energías para seguir disfrutando el sábado en casa.