Julio disfrazado de octubre

Lunes, 28 de julio de 2025

El mes, aunque es julio, parece uno de octubre. Las mañanas siguen frescas, la neblina densa no se ha ido, y hoy se sintió incluso más fría que otros días, aunque sigue siendo agradable.

He dormido poco los últimos días. Siempre hay alguna actividad o motivo por el que no logro dormir a tiempo. Aun así, el despertar sigue siendo temprano.

Ayer intenté dormirme antes, pero entre las actividades y la rutina, el tiempo pasó rápido. Terminé acostándome a las 11 pm. Logré dormir bien, aunque los perros siguen ladrando por la noche. Me despertaban, pero podía volver a dormir.

Me levanté a las 05:50 am. Tenía que estar al pendiente de la salida de mi esposa al trabajo. Salí al patio, encendí su auto y limpié un poco.

Cuando ella salió rumbo al trabajo, me quedé unas dos horas más en casa. La rutina fue la misma: alimentar a los perros, arreglar un poco la casa.

La bici seguía en el carro desde el sábado. La había usado ese día y la dejé ahí. Últimamente me estaba dando problemas el desviador: se quedaba pegado. Así que le di una limpiada rápida. La mañana avanzaba y necesitaba apurarme si no quería llegar tarde al trabajo.

No desayuné, solo comí un plátano. Sin mi esposa en casa, la motivación para preparar algo disminuye. Logré salir a las 08:05 am.

Llevaba dos días sin pedalear. Es el mayor tiempo que he estado sin usar la bici desde hace unos cuatro meses. Aun así, me sentí cómodo, avancé con buen ritmo. No tenía la intención de exigirme, aunque sabía que llegaría tarde al trabajo.

El camino tenía el ritmo de siempre: autos avanzando, gente esperando taxis. Pasé más tiempo por la banqueta porque noté que no traía el espejo retrovisor, y eso me impidió entrar con seguridad a la carretera. Por suerte, la banqueta estaba sola, sin peatones, nada que detuviera mi velocidad.

Avancé con el ritmo de siempre. Los tiempos no cambiaron mucho. La bici respondió bien, el desviador trabajó correctamente, lo que hizo el recorrido agradable. Estaba regresando a mi rutina después de cuatro días, y comenzaba a sentirme cómodo de nuevo.

En mi último punto, donde siempre reviso el tiempo, el reloj marcaba las 08:28 am. El tiempo lo tenía encima, pero aun así mantuve un ritmo lento.

Llegué al trabajo en 30 minutos, 8 minutos más tarde de lo habitual. Pero no necesité tiempo de recuperación. El clima favoreció mucho el recorrido. Los días frescos son los mejores para moverse en bici por la ciudad. Me sentí contento: la rutina tranquila de ir al trabajo se estaba reconstruyendo, y mi cuerpo empezaba a responder de nuevo a la demanda que se le había hecho.

Julio disfrazado de octubre

🗺 Ruta asociada